martes, 26 de noviembre de 2013


El Camino de la Belleza:

Un mito sioux, el de la Mujer Bisonte Blanco describe las siete etapas que sigue la mujer en su camino hacia la autorrealización. El origen del mito lakota es conocido como "El camino de la belleza" y es un ritual sagrado que dura toda la vida.

1. El camino de la hija. Este período comprende desde el nacimiento hasta la aparición de la primera regla. Todavía es una niña, física y psíquicamente dependiente, mentalmente receptiva, que absorbe todo tipo de enseñanza, ejemplo o estímulo que se le presenta. Si todas estas influencias exteriores son apropiadas, estructuradas y emocionalmente equilibradas, la niña desarrollará el equilibrio, respeto, dignidad y autoconfianza que luego necesitará como recursos para llevar una vida en armonía con todo lo existente.

2. El camino de la mujer. Abarca los años en que una mujer desarrolla la autoconfianza, aprendiendo a controlar su vida independiente de los adultos. Aprende a través de la experiencia personal, desarrolla sus propias respuestas emocionales y mentales y elige sus relaciones. Empieza a explorar su sexualidad y a construir su espiritualidad. Son los años en los que empieza a conocerse y, poco a poco, llega a ser una persona responsable y madura (en nuestra sociedad actual este período va desde la adolescencia hasta los 28-32 años).

3. El camino de la madre. Desde el punto de vista espiritual, el nacimiento de un hijo es el evento más importante de la vida de una mujer; ya que entonces entra a formar parte de la comunidad espiritual femenina. Al cruzar la frontera entre la vida y la muerte con el parto es recibida en la comunidad de las matronas, donde inicia la verdadera enseñanza. En el período de la madre aprende la disciplina del sacrificio: cuerpo, tiempo, psique, conocimiento, vida social, condición económica, relaciones y valores son puestos al servicio de los niños. Este pasaje, ambivalente como ningún otro, la empuja a superar todos los límites que tenia previstos. Aprende a controlar completamente su mundo, intentando armonizar sus necesidades individuales con las demandas externas que constantemente caen sobre ella; alcanza así el poderoso equilibrio entre realidad interna y externa sobre el cual se basa este ritual sagrado. En el camino de la madre, la vida espiritual de la mujer pone sus raíces y florece: no hay que olvidar que en muchas culturas antiguas el dar a luz simbolizaba para la mujer una iniciación.

4. El camino de la recogedora y el de la ritualista. Ambos caminos son tan antiguos como la raza humana. Recoger es una disciplina que requiere respeto antes que nada; desarrolla poderes especiales de observación y discernimiento en el conocimiento de las estaciones, del clima, de la astronomía y de la curación. Armada únicamente de conocimiento, de intuición y de oraciones, la mujer recolecta gran cantidad de plantas y de sustancias minerales para la cocina, la magia, la higiene y la cosmética. La recogedora tiene que conocer perfectamente dónde y cuando encontrar lo que necesita, la forma más adecuada de conservar, almacenar, preparar las sustancias y utilizarlas en condiciones que resulten eficaces e inocuas. Una Mujer Medicina nativa nunca aplica el mismo remedio al mismo síntoma físico en distintos pacientes, ya que trata al ser en su totalidad. Para ella “hacer medicina” es conocer al paciente, a su familia, su condición espiritual, mental, física, ambiental y social, y cómo combinar todo esto en el proceso de curación.La aspirante-chamana es también muy consciente del espíritu que hay tras la planta, roca o cristal usados en el tratamiento, a los cuales hay que dar las gracias por la ayuda que le están aportando.
Esta parte del trabajo de una Mujer Medicina se caracteriza por la tensión espiritual, aunque no tan intensa como en su primer parto, sus primeras reglas o su responsabilidad de mujer joven de aprender a respetar a los demás (humanos e inhumanos) y a sí misma. Una Mujer Medicina que no consigue equilibrio, responsabilidad y ser consciente puede suponer un desastre para toda la comunidad, porque el poder de la mujer es grande, y cuanto más desarrolle la disciplina y la devoción, más aumentará su poder.
Las mujeres que siguen el camino de la recogedora y de la ritualista tienen que ser interiormente seguras, estar profundamente preocupadas por la vida espiritual del planeta y ser capaces de sacrificar su trabajo y su ego por el bien de la comunidad.
La ley espiritual básica que la mujer aprende en el camino es que la aspirante a chamana da y da mucho tiempo antes de recoger, aunque sólo sea poco, y todo lo que obtiene de su duro esfuerzo y pruebas personales lo tiene que utilizar en alimentar y fomentar la vida.

6. El camino de la maestra. Aprendiendo, experimentando, alimentando y trabajando la mujer alcanza la edad en la cual se vuelve transmisora de sabiduría espiritual y social. Es compartiendo con los demás las técnicas, las teorías y las experiencias que ha vivido como llega a ser una maestra.
Entra en la menopausia tan profunda y madura como la fruta, como la flora. Si ha seguido los caminos descritos anteriormente con armonía entrará en el reino de lo sagrado como miembro de la comunidad cósmica, derecho que se ha ganado a través de su trabajo, sacrificio y devoción. En este momento puede elegir su campo de acción puesto que es una Mujer Medicina, aunque existan otras formas menos obvias de llegar a serlo. Puede elegir la política, el servicio público o cualquier otra profesión; practicará de una forma sana y espiritual todo lo que decida ser. También puede escoger quedarse aislada o ser una abuela, continuando con sus nietos, sus bisnietos o bien otros niños sin hogar ayudándoles a crecer y educándolos.
El modo en que una anciana enfoque su habilidad y su sabiduría depende de la naturaleza del trabajo espiritual hacia el cual ha sido conducida. Gran parte de su enseñanza se transmite a través del ejemplo; ella es un modelo para las mujeres más jóvenes en el camino, y su presencia y esencia revitalizan y enriquecen la vida de su comunidad entera.


7. El camino de la sabia. Alcanzada la vejez, la chamana entra en el período de la maestría, habiendo desarrollado una verdadera sabiduría. El sentido del equilibrio que caracteriza al universo es ahora parte profunda de ella, así como el sentido del humor. Está en contacto directo con hechos naturales y sobrenaturales, siendo capaz de aceptar sus directrices. La esfera de su trabajo ha trascendido su ser personal y privado, su familia; su comunidad se extiende ahora hacia las estrellas. Es un ser sagrado: es completa.

Los siete caminos proporcionan a la mujer la fuerza, la disciplina y la profunda conexión que necesita para canalizar el poder espiritual sin causar daño a sí misma ni a los demás. Le ayudan a desarrollar humildad, orden, respeto dignidad y el sentido de cuidar a toda criatura, dándole una profunda comprensión de sí misma en los aspectos interiores y exteriores.
Existen otras formas de autorrealización, pero este bellísimo ritual nos recuerda que no hay que quemar etapas sino vivir con entrega y aceptación todas las experiencias que nos llegan, sean aparentemente buenas o malas, porque es lo que nos toca vivir, y probablemente es lo mejor que nos puede pasar. A menudo las grandes enseñanzas las encontramos en la pequeñas dificultades diarias, por esto el “camino de la madre” es la etapa más difícil en la vida de una mujer; es el sacrificio del ego y el aprendizaje del amor no egoísta, requisitos esenciales para el desarrollo de una conciencia espiritual y cósmica. Estos siete caminos son los de toda mujer que quiere incrementar su poder espiritual a través de toda una vida, recordando que cada prueba o dificultad que vamos superando es un paso más que vamos dando en nuestro viaje hacia la totalidad."

http://red-de-warmis-arcoiris.blogspot.com/

jueves, 21 de noviembre de 2013




Existe una niña dentro de cada mujer que si no hubiera sido condicionada y limitada, tendría la fuerza suficiente para integrar, más tarde ,la llegada de lo femenino perenne con sus ciclos. Este es el arquetipo de la IDENTIDAD FEMENINA PRIMORDIAL, y solo esta energía integrada puede hacer que la mujer adulta sea más tarde autentica,Nuestra niña interna:




• NO TIENE LIMITES EN LOS ANHELOS Y LOS OBJETIVOS




• PARA ELLA ¡TODO ES POSIBLE!• ESTÁ LIBRE DE CONVENCIONES




• ES PORTADORA DE SUEÑOS E ILUSIONES




• ES IMPULSORA DE ALEGRIA




• CREADORA DE MUNDOS INTERNOS




• ES LA DUEÑA DE SU DESTINO




• ES LA PROTAGONISTA DE SU PROPIA EXPERIENCIA




• VIVE EL IMPULSO DE SALTAR, DE CORRER , DE SER LIBRE.




• SE CENTRA EN SI MISMA EN VEZ DE AGRADAR A LOS DEMÁS....




y ¡ está viva!.




~Guadalupe Cuevas~

martes, 19 de noviembre de 2013

Para algunas mujeres,  usar toallitas femeninas de tela, implica un cambio en sus creencias.  El  temor, el miedo y hasta la vergüenza,  reprimen la posibilidad de reencontrarse consigo mismas para como decimos en TIEMPO DE ROSAS ROJAS: RECONCILIARNOS CON NUESTRA MENSTRUACIÓN.  La buena noticia, es que la reconexión con la esencia femenina, SIEMPRE es posible  y el cambio de viejos patrones  ocurre,  cuando escuchamos esa voz interna que nos dice que sí somos capaces de  hacer transformaciones en nuestra vida, para lo cual basta dar el primer paso.
En este hermoso proceso, vale tener a mano estas sabias palabras de la reconocida Louise Hay:
“Sé paciente contigo. Desde el momento en que decidas hacer un cambio hasta que éste se manifieste, es probable que vaciles entre lo viejo y lo nuevo. No te enfades contigo por ello. Lo que deseas es construirte, no demolerte. Éste es el momento de despertar. Estás siempre a salvo. Quizás al principio no te lo parezca, pero ya aprenderás que la vida está siempre de tu lado. Es posible avanzar desde el orden antiguo hacia el nuevo, en paz y con seguridad. Te amo. “

lunes, 11 de noviembre de 2013

"...Érase una vez las pacificas culturas MATRIARCALES de hace más de 5000 años en las que la conciencia imperante fue la femenina y el ciclo menstrual y el cuerpo de la mujer se consideraban sagrados. Eran sociedades sedentarias, organizadas, respetuosas y cuidadosas con el entorno y unidas a él y con unos valores de intuición, compasión, fusión y honrar a la Naturaleza.
Pero fueron conquistadas por la visión masculina agresiva, móvil, activa y guerrera y se estableció en el planeta un periodo de predominio patriarcal que aun perdura con valores de tecnología, guerra, destrucción ecológica y sometimiento y discriminación de la mujer y la Naturaleza.
Durante los últimos 5 milenios, la civilización occidental ha descansado sobre esta mitología del patriarcado. Y por supuesto nuestra visión del cuerpo femenino y el sistema médico también siguen leyes y creencias de orientación masculina. (...) La mayoría de mujeres interiorizamos que hay algo fundamentalmente mal en nuestro físico, si no ¿cómo se explican los elevadísimos índices de cirugía estética?
La sociedad nos ha empujado a creer que nuestros olores y formas naturales son inaceptables, que nuestro cuerpo es esencialmente sucio y que necesitamos vigilancia constante de limpieza y frescura para no ofender.
Contemos los anuncios de la TV para reparar el cuerpo femenino: desde la crema talones-agrietados hasta las canas, pasando por celulitis, piel de naranja, higiene intima, compresas odor-fresh, desodorante, miles de perfumes, Corporación Dermoestética y demás talleres estéticos, etc.
Esta denigración de nuestro cuerpo ha sido la causa de que muchas mujeres tengan miedo de sus procesos naturales o sientan repugnancia por ellos.
Y este miedo ha favorecido la sumisión a la medicalización de las funciones naturales como menstruación, menopausia, parto, lactancia y crianza.
El ciclo menstrual se relaciona con la vergüenza y con la naturaleza oscura e incontrolable de las mujeres. Y el tabú asociado al ciclo menstrual sigue vigente hoy. No por tener MP3 y Blackberry nos hemos librado de los prejuicios históricos. (...)
Germaine Greer, importantísima autora feminista con 2 famosos libros: “La mujer eunuco” y “La mujer completa” se queja y denuncia lo siguiente:
“Nada se ha hecho para dotar de atractivo o de respeto al ciclo menstrual”

“Ni las mujeres ni los hombres tienen una actitud positiva hacia la menstruación”

“Si te crees emancipada intenta probar cómo sabe tu sangre menstrual, si la idea te repugna te queda un largo camino por recorrer, nena.”

“Si las mujeres consideran su propio fluido menstrual como una porquería, señal de que estamos muy lejos de sentir el orgullo por nuestra naturaleza femenina que es una condición necesaria para la liberación. Y señal de que la regla sigue apareciendo como una excreción, como la licuación de la abyección...”



*El enigma histórico de la Menstruacion. www.eldedoenlallaga.com