domingo, 20 de octubre de 2013

"...Recuperar la sensibilidad del útero es posible.
 Cuando una niña llega a la adolescencia tiene el útero tan rígido y contraído, que hasta la mínima apertura del cervix para la menstruación le produce fuerte dolor. Pero sabemos de jóvenes que tenían reglas muy dolorosas, que han dejado de tenerlas después de adquirir conciencia de su útero, visualizándolo, sintiéndolo y relajándolo. Tomar conciencia del útero, visualizarlo, sentirlo y relajarlo puede lograr mejores y más satisfactorios resultados (...). Para recuperar la sensibilidad uterina la primera cosa que hay que hacer es explicar a nuestras hijas desde pequeñas que tienen un útero, para qué sirve y cómo funciona. Explicarles que cuando se llenan de emoción y de amor, su útero palpita de placer. Tenemos que recuperar con ellas las verdaderas danzas del vientre, para que cuando lleguen a la adolescencia no tengan reglas dolorosas, sino que se sientan en ese estado especial de bienestar.  Hay que recuperar la transmisión por vía oral de la verdadera sabiduría, de una sabiduría hecha de experiencia, complicidad y empatía visceral; es decir, una sabiduría gaiática, que se comunica por abajo, al margen de las relaciones de Autoridad, que fluye con la sinfonía de la vida, que se derrama con el deseo, que sabe sin saber que sabe prácticamente todo acerca de la condición femenina escondida en el Hades, y reconoce lo que es bueno y lo que es malo para la vida humana. (...) Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas. De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre."

Casilda Rodrigáñez

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